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viernes, 4 de julio de 2014

Una razón para vivir

Esto es algo que me paso hace probablemente más de un año. Estaba sentado en un parque leyendo, cuando se me acerca un hombre y una mujer con biblias en la mano. La mujer me saluda y yo le devuelvo el saludo de manera cordial. Ella saca un panfleto del bolso que llevaba, el panfleto tenía una imagen de lo que según algunos es una familia ideal, me da el papel y me dice “¿te gustaría tener una familia así?” y yo le respondí “mi familia ya es así”, con una sonrisa para que no piense que estoy siendo maleducado.

El hombre se acerca y señala que es porque pertenezco a alguna religión y que soy muy devoto a ella por eso Dios me premia con una familia feliz. Yo le respondo que no pertenezco a ninguna religión y que no creo en ninguna divinidad. Los dos abren los ojos como platos, se miran y abren sus biblias. Comienzan a hablarme sobre Dios y sobre como él podría hacer mi vida más feliz, como él le puede dar sentido a mi vida y sobre el premio que él me dará por cumplir sus sagradas leyes. Hablo un poco sobre mis ideas y veo que les incomoda así que termino la conversación para no generar un debate en medio del parque, además estaba leyendo algo interesante.

Acabo con mi lectura y comienzo a pensar en dos cosas que mi familia suele cuestionar sobre mis creencias, mi “razón para vivir” y mi “código moral”.

La razón para vivir es algo que toda persona se formula a cierta edad, es eso que te detiene de pegarte un tiro o tirarte de un edificio, eso que te impulsa a levantarte cada día. Para algunos esta puede ser una divinidad y para otros un objetivo, o tal vez alguna persona. Muchos se preocupan demasiado por su impacto sobre los demás; no es que sea egoísta pero a menos que seas un filántropo por naturaleza ayudar a los demás no será lo que te dará la felicidad que buscas. Menciono la felicidad porque, como ya señalaron en un artículo anterior, la finalidad de todo lo que hacemos es satisfacernos de alguna manera y esta satisfacción te lleva a la felicidad.

Esa es mi razón de vivir, ser feliz y creo que es la de muchos, si no la de todos los seres humanos. Una vez que uno se siente totalmente feliz; una vez que, como explicaría Maslow, hayas cumplido con todas tus necesidades podrás pasarla a otros, aquí es cuando dejas de ser egoísta respecto a tu felicidad y comienzas a compartirla.


Termino con una imagen para reflexionar, ya hablare sobre mi “código moral” en otro post.
"Miles de velas pueden ser encendidas de una sola vela y la vida de esta no se verá acortada. La felicidad nunca disminuye cuando es compartida" - Buda

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